jueves, 12 de noviembre de 2009

Almas encadenadas (Mariana Braojos 23)

Hace ya muchos años en un pueblo muy pequeño cerca de Arizona, había una familia que vivía en una mansión que se decía estaba embrujada ya que por las épocas de octubre pasaban cosas muy extrañas dentro de ella. Esta familia se acababa de mudar hace aproximadamente tres semanas y venían de Canadá.


La familia estaba integrada por una niña que tenía unos once años y un niño que tenía trece y sus padres eran jóvenes no pasaban de los cuarenta años.

El día que llegaron todo el pueblo los recibió muy amablemente y yo estaba muy contento de tener un nuevo compañero en clase, el era alto, delgado, con el pelo negro y piel clara.



Al verlo entrar al salón de clase noté que era algo tímido y me acerque a preguntarle de donde venía y que hacía aquí, el me contestó que transfirieron a su familia de Canadá a este lugar por el trabajo de su papá pero que solo planeaban quedarse aquí por unos meses. Al terminar las clases le pregunté si quería que lo acompañara a su casa ya que no conocía bien el lugar. Al llegar a su casa pude ver que estaban viviendo en la vieja mansión que decían estaba embrujada, así que cuando la vi le pregunté si no había visto alguna cosa extraña durante el tiempo que llevaba viviendo ahí, el me contestó que no, solo que la casa tenía un estilo muy particular y que parecía haber sido construida hace doscientos años, le contesté que sí, y decidí contarle la historia de la casa.



Todo empezó cuando el hijo de un gran empresario se enamoró de una muchacha que provenía de una familia humilde. Su amor era imposible, ya que la madre del joven no quería que su hijo se enamorara de ella, porque creía que no era una buena influencia en la vida de su hijo, ya que los padres de la muchacha trabajaban en su casa como servidumbre, al igual que ella. Una noche los dos jóvenes decidieron escaparse por un rato para poder estar juntos sin que nadie los molestara, y pudieron darse cuenta de lo mucho que se amaban. Estaban perdidamente enamorados pero sabían que su amor era imposible. Cuando murió el papá del joven, el se quedó con toda fortuna ya que era su único hijo, pero decidió abandonarlo todo y casarse con su amada. Al enterarse su madre, decidió hacer algo para separarlos, y en la fiesta posterior a la boda envenenó el vino que la prometida de su hijo estaba tomando, y cayó muerta en medio del salón lleno de invitados. El, al darse cuenta de que su amor había muerto, estaba destrozado y creía que su vida ya no tenía sentido. Así que en una noche de Octubre se ahorcó acabando con su vida y cuando su mamá entro a la habitación donde su hijo estaba muerto se holló un grito de desesperación y de horror. Y desde entonces durante todo el mes de octubre suceden cosas muy extrañas, a veces se dice que se oye el grito de desesperación de la madre al ver a su hijo muerto, algunas veces en el cuarto donde se suicidó se puede ver el cuerpo colgando o se pueden oír como llora el joven por la perdida de su amada.



Al acabar de contarle la historia pude notar que estaba un poco atemorizado y no tenía ganas de entrar a la casa. Octubre se acercaba y nos fuimos haciendo amigos, todo iba bien hasta que un día en la escuela me dijo que había visto una figura un poco opaca, borrosa y con un poco de brillo y había oído una voz lamentándose y llorando. Me dijo que si podía irme a dormir a su casa para ver que pasaba pero al entrar tenía un sentimiento muy extraño que jamás había sentido antes, era como una especie de preocupación y de ganas de salir corriendo. Pasaron las horas y llegaron sus papás a cenar junto con su hermana, definitivamente podía sentir que algo no estaba bien y quería irme en ese instante. Al acabar de cenar nos fuimos a su cuarto y vimos esa figura extraña que me dijo que había visto. Fue horrible pasó corriendo afuera de su cuarto y yo no podía creer que todas las historias que me habían contado fueran ciertas, después empezamos a oír gritos pero como del otro lado de la casa. Yo antes de correr o gritar me quede petrificado del miedo no me salían palabras de la boca y empecé a tartamudear. Salimos corriendo de su cuarto pero la casa era tan grande y corrimos tanto que nos sentamos un rato en el piso para descansar y recuperar el aliento, en cuanto volteé a mi derecha y vi que cayó un rayo fuera de la ventana de un cuarto pequeño, pero con el techo muy alto, pude ver reflejada una silueta de alguien amarrado con una cuerda por el cuello y colgando muerto. En ese instante me paré y salí corriendo junto con mi amigo.



Al día siguiente estábamos muertos de miedo y el no quería regresar a su casa pero no tenía opción, ya estaban por regresar a Canadá y tenía que empacar todas sus cosas. Esa noche me pidió que lo acompañara pero yo no quería regresar a ese lugar así que le invente una escusa para no ir y saliendo de la escuela nos despedimos y nos fuimos a nuestras casas.



En la mañana antes de entrar a clases yo estaba esperándolo afuera en el patio pero no llegaba y ya se había tardado mucho lo espere por mucho tiempo hasta que decidí entrar a clase. Pensé que se había enfermado o algo parecido hasta que me acorde de lo que decía el final de la leyenda “Aquel que ose vivir en esta casa, su alma le pertenece al antiguo dueño al que le quitaron parte de la suya”. Salí corriendo al final de clases, hacia la antigua mansión y pude ver que no había nadie, no había señal de mi amigo. No me atreví a entrar entonces decidí llamar a la policía. Cuando estos llegaron entraron a inspeccionar la casa cuando encontraron los cuerpos de la familia muertos, parecían haber sido asesinados dos de ellos estaban colgados en el cuarto donde vi la figura y los otros dos parecían haber sido envenenados.



Ese día fue la última vez que lo vi, y siempre que paso por ahí puedo oír los gritos de la familia rogando por ayuda a que alguien los ayude a liberar sus almas.


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