sábado, 7 de noviembre de 2009
¿Sólo un sueño? (Anna Karyme Aceves, 21)
Me desperté en un día común y corriente de verano, el sol acariciaba suavemente mi piel mientras que los pájaros cantaban afuera de mi ventana. –Hoy es un día excelente- me dije a mi misma, me dirigí hacia mi calendario y busque la fecha de hoy, 9 de julio, día del concierto. Se me había olvidado completamente que hoy era el concierto, aunque mis amigas me habían dicho –Nat, te toca comprar los boletos porque tu no haces nada en las tardes, aparte, a si no se te va a olvidar- Me llamo Nattasha y tengo 17 años, siempre me ha gustado la música y mis amigas son como mis hermanas, siempre estamos juntas y esta no era la excepción. Después de asegurarme que estaba en el día correcto, me metí a bañar; mis pensamientos divagaban en un lugar que estaba bastante lejos de la realidad, incluso se encontraban en otro país. Termine y fui a mi closet, como cualquier otra chica, podía ver el closet lleno de ropa pero no tenía nada que ponerme, después de unos minutos finalmente me decidí por unos jeans negros y una blusa color rojo. Acabando de peinarme y de maquillarme, le serví comida a mi perro, regué las plantas y me dirigí hacia mi choche pues yo había quedado de pasar por mis amigas. Mi coche era un BMW color negro convertible, pero como el sol estaba muy fuerte, decidí dejarlo normal, subí y puse mi estación de radio favorita mientras que me encaminaba por mi primera amiga pues en total éramos 5, todo estaba saliendo de acuerdo a lo planeado, como si todo fuera un rompecabezas y las piezas entraran perfectamente.
Finalmente llegue y después de tocar el timbre como loca, Helena salió de su casa, luego fuimos por Sofía, Vanessa y al final Kathie; habíamos quedado de ir vestidas iguales. El concierto era en el Auditorio Nacional, había muchísimo tráfico y el calor no ayudaba pues ponía a la gente de muy mal humor. Llegamos media hora antes del concierto, justo a tiempo para ir al baño, ver nuestros lugares, en fin, estando en el baño nos retocamos el maquillaje y luego nos fuimos a sentar.
-Nat, hubieras elegido más adelante- me dijo Helena, - Si hubiéramos tenido más dinero con mucho gusto- le dije; no sé de qué se queja, estábamos en la cuarta fila en medio, pero de seguro ella quería estar en la primera para agarrarle el zapato a mi novio y no ver nada con los de seguridad. Helena y yo decíamos que el cantante era nuestro novio, pues estaba guapísimo. El concierto empezó 5 minutos después de la hora planeada –Niñas, quien de ustedes lo va a grabar?- dijo Vanessa, nadie respondió asi que ella hiso una mueca y saco su cámara; al instante se escucharon millones de gritos, parcialmente de niñas, y música al fondo, luego se empezaron a ver luces de todos los colores y finalmente aparecieron cuatro figuras y ahí fue cuando me volví loca, empecé a gritar, no importándome si mañana me iba a doler la garganta. Cuando se acercaron mas al escenario, mis amigas y yo nos quedamos petrificadas, se veían guapísimos y justo antes de que empezáramos a cantar sentí que una mano me jalaba –Señoritas, puedo ver sus boletos?- me dijo un guardia alto de tés morena –claro- respondí y busque en mi bolsa mi boleto al igual que mis amigas, pero había un problema, no estaban. Trate de hacer memoria y al final recordé que los habíamos dejado en el lavabo del baño – Se quedaron en el baño- respondí, tratando de que mi voz no sonara alterada, - Si claro ustedes 5 vengan conmigo- nos dijo el guardia y nos saco a la fuerza de nuestras asientos, nos llevó a través de varias puertas hasta que nos encontrábamos en la parte de atrás del Auditorio. – Eso les pasa por colarse, ahora no hay concierto- dijo y cerró una puerta. No lo podíamos creer, no nos habíamos colado, le estábamos diciendo la verdad, porque no nos hiso caso? Millones de preguntas pasaron por nuestras mentes pero no encontrábamos respuesta alguna; una lágrima resbalo por mi mejilla, sentía como si todas las piezas de mi rompecabezas se fueran cayendo, dejando un enorme hueco, el hueco que quedaba en mi corazón.
No sé cuánto tiempo estuve ahí pues cuando voltee, mis amigas ya no estaban, suspire. Ya era de noche y estaba empezando a chispear aparte de que hacía mucho frio, pero aun asi me quede inmóvil, no tenía ganas de nada. Escuche el sonido de una puerta y al mirar, una figura alta y delgada se me quedaba viendo mientras caminaba hacia mí. –Hola- me dijo una voz y al instante la reconocí, mi corazón empezó a palpitar más rápido y empecé a sentir mariposas en el estomago, al ver que no respondía volvió a hablar – Por qué no pasas adentro un rato para que te calientes?- me dijo, asentí con la cabeza y él me ayudo a levantarme. Llegamos al escenario y yo me quede ahí parada mientras que el iba por una cobija, la vista era increíble, cerré los ojos y me imagine a millones de personas gritando mi nombre; estaba tan perdida en mis sueños que no me di cuenta cuando él se paró a mi lado y me dio la cobija –Gracias- dije, se me quedó viendo durante un rato y a continuación metió la mano en su bolsillo para revelar una hermosa pulsera con un corazón en medio, cuidadosamente tomo mi muñeca y me la puso, también me dio un papel. No lo podía creer, trate de abrir la nota pero el me dijo –No, después- y dio un paso hacia mí, deje caer la cobija, nuestras caras estaban separadas por muy pocos centímetros y podía sentir su aliento chocar contra mis mejillas; cerré los ojos y varios segundos después, sentí sus labios contra los míos. Todo fue tan perfecto, tal como lo había imaginado, tal como siempre lo soñé.
Me despertó el sonido de mi perro ladrando, mira el reloj, eran las 11:30 de la mañana. Me eche un vistazo, traía puesta la pijama y el pelo hecho un desastre -Todo fue un sueño- pensé y me sentí triste aunque tenía en mente la posibilidad de que si hubiera pasado –Nattasha, vuelve a la realidad, esas cosas no pasan- me corrigió mi conciencia. Empecé a llorar y me lleve las manos a la cara pero una se me atoro con la sabana y al voltear, una pulsera con un corazón descansaba suavemente en mi muñeca, mi corazón se volvió loco, eche un vistazo a mi buró y localice mi bolsa, corrí hacia ella y empecé a buscar; no estaba muy segura de lo que estaba buscando hasta que lo encontré: el papel. Fui a mi cama, me senté y con las manos temblando lo abrí poco a poco, dentro de él se encontraba algo escrito, no pude evitar sonreír pues en este decía: “Tarde o temprano, los sueños se hacen realidad”, después de eso, se encontraba su firma.
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