Me encontraba en el mes de Agosto. Un martes, el día de la semana más pesado para mí. Era tarde. Tal vez más tarde de lo que yo pensaba. Iba saliendo de mi trabajo, listo para llegar a descansar a mi casa. Como siempre, me subiría en mi carro y con tranquilidad manejaría a mi casa para descansar. Pero esta tarde no fue así. Me había quedado sin carro por una semana ya que estaba en el taller. Iba caminando por la calle como cualquier otra persona que caminaría hacia la parada de camiones. Cuando de pronto mis ojos se iluminaron al ver a una joven muy atractiva. Tenía el pelo de color de la arena, sus ojos eran de color café claro, le calculo cerca de los 23 años, un poco mas chica que yo. Media cerca de los 1.65 metros. Era delgada. Ella traía prisa. Pronto pasó junto a mí. Fue la primera vez que hable con ella. Se me acerco y me dijo:
-Disculpa, me podría decir que hora es?
Yo le respondí: -Si claro son las 6 con 56 minutos. Ella me dio las gracias y se fue. Mi primera reacción fue voltear a ver a donde iba, pero no alcance a ver. Un día extraño, si; tan extraño que me pare en un café llamado “El tío Juan”. Normalmente yo nunca solía hacer eso, pero un instinto en mi cuerpo me llevo a hacerlo. Abrí la puerta del lugar, y lo primero que vi fue a la joven sentada en una mesa, recargando sus codos bajo un papel el cual me pareció que era una carta. Subí la mirada hacia su cara y me sorprendió al ver que sus ojos soltaban lágrimas de tristeza, me parecía ser. Me paso lo que a la mayoría de la gente le pasa cuando se encuentra en situación como la mía pues mi primera reacción fue preguntarme a mi mismo, qué era lo que le pasaba. A propósito me senté en la mesa que se encontraba a lado de ella. Mi intención no era exactamente ayudarla, pues si me pongo en su lugar yo diría que seria bastante incomodo que un extraño se me acercara a preguntarme si necesitaba ayuda. Yo lo que quería era saber si las lagrimas que caían sobre sus ojos valían la pena. Ordene un café, estuve sentado durante 10 minutos observándola, cuando de pronto ella me volteo a ver. Rápidamente se dio cuenta que llevaba tiempo observándola y me quede paralizado. Ella sin ninguna preocupación me sonrió. Ese fue el momento que me mis ojos vieron la sonrisa mas linda de todas. Sus labios perfectos, rojos como los de una rosa, suaves como el algodón y sus dientes blancos como la leche. Le regrese la sonrisa. Sin duda alguna la mujer perfecta para mi. Al cabo de una media hora, empezaba la noche y la lluvia también. Note que ella se iba, y yo decepcionado sin saber su nombre, su edad NADA!. Reaccione y salí a ver si todavía estaba. Ahí estaba, parada bajo el techo del café, se veía preocupada porque no llevaba paraguas. Pero me entro tanta pena que simplemente me salí sin voltearla a ver, abrí mi paraguas y camine. No lejos de los 5 pasos, oí una voz gritar
- ¡Oye ¡… Volteé a ver y era ella otra vez con esa sonrisa. Yo le respondí - ¿Me hablas a mi? - Si. Dijo ella. -¿Que paso? Le respondí – Creo que nunca me imagine que iba a llover pero la verdad es que no me quiero mojar, hacia donde te diriges? Ella me pregunto – Voy hacia la derecha, gustas acompañarme? Yo le respondí – Claro seria un honor ella me respondió.
Ella se dirigió hacia mí y empezamos a caminar. Fey! Fey era su nombre. Cada vez que daba un paso, me gustaba más. No se como explicar lo que sentí por ella desde la primera vez. Me paso como cuando quieres algo tanto que harías los imposible hasta conseguirlo. Ese día llegue a mi casa con una sonrisa que no podía creer. Después de que dieron las 10 de la noche me recosté sobre mi cama. Estando ahí me puse a pensar en ella. Surgieron demasiadas preguntas sobre lo sucedido en la tarde. ¿Que hubiera pasado si yo no hubiera traído ese paraguas? Acaso no hubiera sabido su nombre? ¿Que era lo que Fey estaba viendo en el café cuando soltaba lágrimas? No supe responder ninguna de mis preguntas pero al cabo de un rato me dormí. Al otro día me desperté con ganas de ir a ese café para encontrarme a Fey. Salí de trabajar y me dirigí hacia el café. No estaba! Estuve esperándola por 2 horas pero no llego. Me fui decepcionado a mi casa y como la noche anterior, me puse a pensar. Pasaron semanas y diario iba al café a esperarla, tanto así que se hizo costumbre.
Un mes mas tarde, salí de mi trabajo y me dirigí al café. Lo primero que vi, fue a Fey! Mis ojos se iluminaron de alegría y sin pensarlo me le acerque. Pero como la primera vez, ella estaba llorando. No sabia si acercarme a ella, pero un impulso me llevo a hacerlo. La salude muy amable y cuando me vio su cara se ilumino.
- Hola Enrique, como has estado?-Ella me pregunto
- Muy bien, ¿porque no te había visto?- Yo le respondí
- He tenido varios problemas pero pronto se resolverán, ¿porque no te sientas?, hay que platicar- ella me dijo.
Yo acepte. Al cabo de unas horas, logre saber muchas cosas de ella, como ella de mí. Durante varios meses, nos reuníamos en el café para platicar, tanto así que aparte de que se hizo costumbre, también surgió el amor. Teníamos muchas cosas en común, también muchas cosas diferentes. Pero todo nos llevo al amor.
Un día al igual que todos, saliendo de mi trabajo, fui a verla. Me abrió la puerta de su casa con lágrimas. Me abrazo y después me dijo:
- Mi amor tengo algo que decirte muy importante. Yo le respondí:
- Que paso mi vida todo bien? Me estas preocupando
- Hace ya más de 3 años que me detectaron una enfermedad que parece ser, no tiene cura pero es controlable. El doctor me dijo que tenia que seguir con mi vida normal, y así fue. La primera vez que te vi en el café estaba llorando. Estaba llorando porque ese día fui al doctor, me dijo que mi enfermedad no mejoraba y que el calculaba 6 meses de vida. Creo que es tiempo de sepas. No me queda mucho de vida.
- Se me soltaron varias lágrimas, sentí miedo, no lo podía creer.
- De pronto le dije:
- Esto no puede estar pasando Fey! Por favor dime que no es verdad y que nunca me vas a dejar. Desde que te conocí he cambiado. Mi vida se ilumino. Tu eres la persona que me haces sonreír. Tú eres la que me inspira…. Paré por un momento. Metí mi mano sobre mi bolsillo y saque un anillo que compre desde el día que la conocí. Porque sabía que ella era para mí. Ella se sorprendió al ver el anillo. Su cara se lleno de felicidad
- Fey! Quiero que seas mi esposa, yo se que es poco tiempo pero es suficiente para saber que eres para mi. Te amo y te he amado desde la primera vez que te vi. Me atreví a decirle
- Si, si acepto! Ella respondió
Nos casamos muy rápido. A lo mejor más rápido de lo que pensamos. Fey murió poco tiempo después. Logre pasar un verano inolvidable con ella y después se fue.
De pronto, sonó la alarma de mi despertador. Desperté! No había Fey y no había NADA! Alcance a ver en mi calendario, era 15 DE AGOSTO, 2006. Justo el día que conocí a Fey! Todo fue un sueño. Mi sorpresa fue que me desperté con lágrimas y con dolor. Decepcionado de mi mismo, fui a trabajar como un día normal. Salí de mi trabajo y quise pasar por el café, no quise entrar. Sentí vergüenza y dolor. Me vino a la mente pensar que si todo fue un sueño, significaba que Fey no existía. Me di la media vuelta y me fui. Caminaba en la calle con la mirada hacia el piso. No obstante, algo en mí me hizo levantarla y cuando lo hice, vi el rostro de Fey. Ella pasó junto a mi, me sonrió. Era la misma sonrisa de siempre. Ella siguió en dirección contraria. Alcance a ver que se metió al café. Quizá fue coincidencia encontrarme con ella o tal vez eso lo hizo el destino.
lunes, 9 de noviembre de 2009
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