jueves, 5 de noviembre de 2009

Mi destino (Gabriel Andrés Fagoaga 23)

Mi historia empieza un año atrás cuando yo iba en tercero de secundaria y vivía en el estado de California. En ese entonces yo, todavía, no sabía los cambios que me esperaban y lo que me iba a costar ayudar a la humanidad.


Yo era un joven normal como todos los demás estadounidenses en los noventas. Diario iba a la escuela y sacaba buenas calificaciones, nací con la habilidad de entender y memorizar fácilmente las cosas, también salía con mis amigos y jugaba futbol.

Hoy era mi primer día de clases en tercero de secundaria. El día paso rápido y los maestros nos enseñaron sus formas de enseñar y vimos como eran, si eran estrictos, barcos, fáciles, etc. Llegó la hora de recreo y todos salimos al patio, mis amigos y yo, jugamos futbol hasta que tocó de la campana para regresar a clases. A la salida, tome el camión que me lleva a casa. Hice la tarea y más tarde fui a casa de Mike.

La mamá de Mike abrió la puerta.

- Hola, ¿se encuentra Mike? – pregunté.
- Esta arriba en su cuarto, pasa Daniel. – la Mamá de Mike abrió la puerta y subí al cuarto de Mike.
- Gracias.

Subí a su cuarto y ahí se encontraba, acostado en su cama.

- ¿Que haces aquí?
- Vine a ver si querías ir con John, Jeff y conmigo, al parque.

En el parque, nos sentamos en unas bancas.

- ¿Ya hicieron la tarea? – preguntó Jeff.
- Yo, ya. – dijo Mike.
- Yo igual. – anunció Jeff.
- Si, ya la acabe. – respondí.
- Yo todavía ni la empiezo. – contestó John.

Pasaron unas cuantas horas y nosotros seguíamos platicando. En un momento, todos se callaron y se me quedaron viendo.

- Daniel, ¿te sientes bien? – preguntaron.
- Si, ¿por qué?
- Es que te vez pálido.
- Y…

De repente sentí algo raro en mi interior y empecé a vomitar.

- ¿Seguro que te sientes bien?
- Ahora, no. Tengo nauseas y me siento muy débil. John y Mike ¿me pueden acompañar a mi casa?
- Claro.
- Si, por supuesto.

En el camino a casa me sentía cada vez peor. No sabía que estaba pasando. Sentía que me estaba muriendo. Empecé a ver las cosas borrosas y duplicadas, me desmaye.

Desperté en un cuarto blanco y en una cama que no era la mía. También, tenía tubos conectados a mí. Fue entonces, que me di cuenta de que estaba en el hospital. La enfermera entro al cuarto.

- ¿Cómo se siente? – preguntó la enfermera.
- Cansado y mareado.
- Ayer, le trajeron en muy malas condiciones. Tenia una fiebre muy alta, estaba sudando frió y estaba con convulsiones.

Al siguiente día en el hospital empecé a tener migraña, estaba bajo en azúcar y sentía que mis huesos estaban hechos de vidrio y que se irían a romper. Los doctores entraron corriendo a ver que pasaba.

- Mascarilla de oxigeno. – pidió el doctor.
- Ya esta, doctor.
- Necesito que cuente en regresión, del diez al uno.

Empecé a contar y se me cerraron los ojos. Cuando desperté estaba rodeado por doctores, quienes me explicaron lo que había pasado.

- En su cerebro, como se puede ver aquí, tiene algo parecido a un tumor que se va multiplicando. Estos tumores explotan y causan la migraña, pero a su vez al explotar, sueltan sustancias que invaden su cerebro y lo distorsiona.
- Pero, ¿cuál es la causa?, doctor.
- Todavía no se sabe, esta es la primera ocasión que veo algo tan extraño.

En ese momento llego otro doctor corriendo.

- Llegue a la conclusión en la que usted esta sufriendo una metamorfosis. Lo único que no sé, es en lo que usted se transformará. – al decir esto el doctor se angustiaba más.

Los doctores continuaron discutiendo y yo me volví a dormir.

Pase tres días más en el hospital. Ya en casa, mi Mamá me hizo quedarme un día más en cama y descansar. Estaba viendo la televisión y me quedé dormido, cuando desperté mi cuarto estaba destruido. El televisor estaba cortado por la mitad, la pared estaba quemada, las patas de mi cama estaban rotas y la puerta de mi closet tenia un hoyo en el centro.

Enseguida fui a buscar a mi Mamá.

- Ma, ¿quién le hizo esto a mi cuarto?
- ¿Quién le hizo que a tu cuarto?
- Alguien lo destruyo mientras estaba dormido. Mira, ven.

La lleve a mi cuarto y vió el desastre.

- Pero nadie ha entrado aquí. Estamos solos, tú y yo.
- ¿No escuchaste ningún ruido extraño?
- Nada.
- Que raro, algo sucedió y ninguno de los dos nos dimos cuenta.
- Mañana en la mañana lo reportare a las Autoridades.

El fin de semana fuimos de compras para reponer todo lo que fue destruido en mi cuarto: muebles, TV, etc. El tiempo se me fue volando y volvió a ser lunes, el peor día de la semana.

Como siempre, a las 6:50 A.M., paso el camión de la escuela. El día se me hizo muy lento, ya que en cada clase los temas eran muy aburridos ó difíciles. Por fin se acabo el día y regrese a mi casa. Empecé a hacer mi tarea de matemáticas, cuando el lápiz se empezó a incendiar y se volvió cenizas. Esto me pareció muy extraño, y aunque fue algo sobre ordinario, lo ignore. Seguí con mi tarea de biología, que era hacer un terrario y luego con la investigación de cada una de las plantas que había incluido. Cuando tome la base en donde plantaría las plantas, está se rompió en mil pedazos. Ahora, si me asuste.

Cuando era chico yo leía muchas historietas de superhéroes y me acordé que uno de ellos sufrió cambios similares a los que los que me estaban ocurriendo a mí; para convertirse en superhéroe. Cuando pensé en esto, dejé mi tarea y salí al jardín. Ahí me puse a averiguar si en realidad, tenía poderes o no. Hacía movimientos extraños con el cuerpo y manos para ver si algo sucedía, pero no pasó nada. Me di una última oportunidad y logre sacar fuego, me quede asombrado. Pareciera que el fuego salía de la palma de mi mano, y si era cierto. Mire mi palma de la mano y encontré un pequeño agujero que se habría para soltar llamas de fuego. Seguí experimentando y practicando hasta controlar los cuatro elementos de la naturaleza: agua, fuego, aire y tierra. Incluso combiné elementos para crear distinto tipos de ataques. De pronto me di cuenta de que yo fui el autor de la destrucción de mi cuarto.

Desde entonces al acabar la tarea, salía al patio a practicar mis habilidades. Se terminó el primer semestre de clases y llegaron las vacaciones de invierno. Entonces, le conté a mi Mamá todo sobre mis poderes y se lo demostré. En ese exacto momento escuchamos en la radio que la TERCERA GUERRA MUNDIAL se había declarado entre “Los Países Mecánicos” (E.U.A., Francia, el Reino Unido, Italia y China) contra “Los Países Invasores” (Rusia, Japón, Alemania y Turquía). Los locutores de la radio, decían que E.U.A. había interceptado mensajes entre Alemania y Japón que decían que pasado mañana soltarían bombas atómicas en Washington, Texas, California, Carolina del Norte, Chicago y Hawai. Mi Mamá me volteo a ver con pavor.

- Tenemos que encontrar un lugar seguro.
- Tu Mamá, yo tengo que detener la destrucción. Ese es mi destino, por eso tengo poderes.
- Tú que sabes del destino, ven, no dejare que hagas ninguna tontería. Acompáñame a buscar un lugar seguro.
- No tengo tiempo, adiós Mamá.
- ¡No, regresa!

Fui volando a Washington donde pase un día esperando el ataque. Ahí me enteré que Italia y el Reino Unido ya habían conquistado a Turquía. Muchos soldados y civiles habían muerto en aquella conquista.

El día llego y volé hacia el océano Atlántico, donde detendría a los aviones que cargarían las bombas. Apareció el primer avión y cree olas gigantescas que detuvieron al avión y lo hundieron. Luego apareció el segundo, tercer y cuarto; a los que saque de la atmosfera lanzándoles fuertes corrientes de viento, ya afuera, los hice explotar con grandes impactos de meteoros. El quinto y sexto avión lanzaron misiles rastreadores, logré que hicieran explotar a los aviones por esquivarlos frente a ellos. El séptimo y último avión ya había llegado a Hawai y había lanzado las bombas. Volé hacia allá y cree un tornado que hizo que las bombas quedaran atrapadas en él. Luego, mande al tornado al fondo del mar. Solo quedaba una bomba y esta, estaba a punto de impactar. La logre detener. El error más pequeño y explotaba. Esta se resbaló de mis manos, pero por suerte la volví a agarrar. Después de unos instantes, esta explotó. Mi oído comenzó a zumbar y los ojos se me nublaron, solo sentí cuando caí en aguas frías.

Desperté en un hospital de Hawai, lleno de vendas y parches. La enfermera entró junto con dos doctores.

- Usted fue traído por unas personas que dijeron que lo encontraron tirado en la playa. – dijo la enfermera.
- Nosotros lo llevamos al quirófano y los reconstruimos. Le remplazamos órganos y extremidades con piezas mecánicas de la más alta calidad. Fue un largo proceso. Otra cosa más, la guerra ha terminado, ya que E.U.A., Francia y China conquistaron Japón, Alemania y parte de Rusia.

Pasé un mes más en el hospital, hasta que me dieron de alta. Fue entonces cuando me di cuenta que mis poderes habían desaparecido. Pero eso no me preocupaba tanto como el encontrar a mi Mamá.

Ahora en día, me encuentro viajando por todo el mundo intentando encontrarla, pero simplemente hay tantos lugares que no se donde puede estar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario